Cubanos podrán renunciar a la ciudadanía y entrar a Cuba con otro pasaporte

Los cubanos que opten por renunciar a su ciudadanía serán considerados extranjeros cuando entren al territorio nacional. (Foto © Periódico Cubano)

Los cubanos podrán renunciar a la ciudadanía y entrar a Cuba con otro pasaporte, aunque los que tomen esa decisión serán tratados como extranjeros y deberán pedir visa para entrar a la Isla. Lo anterior es uno de múltiples aspectos novedosos y polémicos que están contenidos en el proyecto de Ley de Migración que fue publicado por la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).

Según el Título V “Tratamiento de las personas que renuncian a la ciudadanía cubana” de la normativa, que sería debatido y aprobado en breve por la ANPP, los cubanos que opten por renunciar a su ciudadanía serán considerados extranjeros. A partir de ese momento, deberán presentar un pasaporte extranjero y los documentos de viaje correspondientes para entrar y salir del país.

El Artículo 56 del anteproyecto de ley detalla que las personas que ejerzan este derecho no podrán identificarse como ciudadanos cubanos y estarán sujetas a las leyes y reglamentos de extranjería. En caso de poseer más de una ciudadanía, deberán salir del país con el mismo pasaporte con el que ingresaron.

Hasta ahora, el régimen de La Habana exigía que todos los ciudadanos cubanos, independientemente de su doble nacionalidad, que ingresaran al país con un pasaporte cubano. Esta nueva disposición otorga por primera vez a los cubanos el derecho a renunciar a su ciudadanía y entrar al país con el pasaporte de la nacionalidad que elijan.

No obstante, el régimen se reserva el derecho de quitarle la condición de cubano a cualquier nacido en la Isla. En ese sentido, el Artículo 57 indica que “las personas naturales extranjeras, que así califiquen a partir de procesos donde se disponga por autoridad competente, la pérdida de la ciudadanía cubana, están sujetos en todo lo que resulte de aplicación, a lo establecido en el presente Título sobre la renuncia a la ciudadanía cubana”.

Asimismo, el gobierno sigue imponiendo restricciones sobre quiénes pueden entrar y salir del país. La nueva ley especifica que la entrada y salida del territorio cubano estarán sujetas a autorizaciones basadas en la posición política del individuo y otros criterios de seguridad nacional.

El anteproyecto también aborda la expulsión y deportación de personas del territorio nacional. Aquellos que inciten al odio racial, religioso, cultural o político podrán ser declarados personas no gratas y expulsados de Cuba. Esta medida ha generado controversia, ya que la definición de “odio político” puede incluir la oposición al régimen actual.

Además, el nuevo proyecto elimina el requisito de 24 meses de estancia en el extranjero para mantener la residencia en Cuba y establece nuevas disposiciones para los extranjeros que deseen establecerse en la Isla. Por último, oficializa cambios en el pasaporte cubano.